Inocencio Cristalino García, de
28 años, un jornalero con ideas de
izquierdas, fue enterrado por unos
vecinos en la parte civil al exterior del
cementerio. El 13 de enero de 1937
la Guardia Civil le mató después de
saltar por el viaducto de Villafranca,
desde el furgón que lo transportaba,
en un intento desesperado de fuga.
Era habitual enterrar a los republicanos
víctimas de la represión en los
lindes del camposanto.