En 2009 se construyó una tapia más
alta y más moderna para esconder la
tapia original, icono de la represión
franquista. Tras la conquista de Badajoz
el 14 de agosto de 1936 los rebeldes
saquearon la ciudad y asesinaron
entre 1.800 y 4.000 personas. Muchos
fueron ejecutados en este lugar.