Avelino Fernández Bravo, de 29
años, teniente miliciano en el Batallón
257 del Ejército del Norte, se dirigía a su casa después de la caída
del Frente del Norte cuando, en
noviembre de 1937, fue asesinado y
enterrado en el paraje de La Mesa, en
Tresviso. Estaba casado y era militante
de la CNT.