Después de regresar a su pueblo
una vez caído el frente de Asturias,
en 1937, Claudio Macías vivió escondido
como un ‘topo’ en la bodega de
la casa familiar. Quería evitar que sus
hermanas corrieran la misma suerte
que su hermano Arsenio. Antes de
morir de una enfermedad pulmonar,
cavó su propia tumba en la bodega y
construyó un arca de madera para su
cuerpo. El padre se suicidó. El cuerpo
de Claudio fue exhumado en 2014
después de la muerte de su hermana
Manuela, que nunca se atrevió a contar
el secreto en vida.